martes, 31 de agosto de 2010
Otro día especial.
Personas que ríen y personas que sufren. A mi alrededor un payaso, un cuerdero, un vago y un experto. Un tumulto de cualidades asignadas al azar. Algunos con mas que otros, aveces mas positivas que negativas y aveces solo negativas. Este es mi medio de loar a la variedad y con este post felicito a los que nos ofrecen su personalidad con cada palabra digitada. Felicidades bloggeros!
miércoles, 18 de agosto de 2010
Desde mi trabajo.
Acabo de descubrir que puedo postear desde mi Blackberri. Y yo que pensaba que esto no servia para nada aparte de twitter.
Les cuento que como futura arquitecta trabajo como pasante en una constructora en una construcción.
Aquí me tratan como princess pasasnte y me encanta.
Tengo una compañera pasante, ella estudia ingeniería y es agradable. De hecho, todos aqui son bastante agradables. Mayimbu es un obrero gordito con cara de sinceridad. El no habla mucho pero sonríe demás.
Tío es flaco y siempre esta de mal humor. Creo que una vez me sonrio, y se sintió bastante extraño, y no porque el sea mala persona, todo lo contrario, pero es raro verle siquiera desentruñar la boca.
Gomera siempre tiene cara de cumpleaño. El habla mucho, trabaja mas de lo que habla, y al final de su labor de trabajo se entra con todo y ropa en un tanque de agua. El es bastante pendejo, pero muy gracioso.
Reyes vive imitando el hablar de forastero Radames, quien aparte de quejarse con su extraño hablar, también es hermano Aneudy. Aneudy es el maestro constructor. El es quien me trae silla, me enseña todos los aspectos y trucos de la construcción. También me habla de los halcones galácticos, los caballeros de zodíaco y me enseñó la famosa frase entre mis amigos tuiteros: 'esto hay que analizarlo frecamente" [para los que no me siguen en twitter, 'analizarlo frecamente' es en su casa, abajo de un abanico, con una cerveza en mano].
Me falta por mencionar a Jose quien es el que me regaló un aguacate el primer día de conocerme y un caballero cuyo nombre desconozco pero puedo asegurar es idéntico a un amigo mio. El nuevo se llama Arquimedes y todo lo que puedo decir de el es que habla por todos.
Ya les mencione mis compañeros de trabajo menos uno. El que me falta ni quiero mencionarlo pq es muy desagrable a mi persona. El es el Ing. Blanco. Luego les hablo de el, porque ya aqui 'están bailando la fila india' [así dice Gomera cuando da la hora de salida] y yo me voy uniendo a los que bailan.
Les cuento que como futura arquitecta trabajo como pasante en una constructora en una construcción.
Aquí me tratan como princess pasasnte y me encanta.
Tengo una compañera pasante, ella estudia ingeniería y es agradable. De hecho, todos aqui son bastante agradables. Mayimbu es un obrero gordito con cara de sinceridad. El no habla mucho pero sonríe demás.
Tío es flaco y siempre esta de mal humor. Creo que una vez me sonrio, y se sintió bastante extraño, y no porque el sea mala persona, todo lo contrario, pero es raro verle siquiera desentruñar la boca.
Gomera siempre tiene cara de cumpleaño. El habla mucho, trabaja mas de lo que habla, y al final de su labor de trabajo se entra con todo y ropa en un tanque de agua. El es bastante pendejo, pero muy gracioso.
Reyes vive imitando el hablar de forastero Radames, quien aparte de quejarse con su extraño hablar, también es hermano Aneudy. Aneudy es el maestro constructor. El es quien me trae silla, me enseña todos los aspectos y trucos de la construcción. También me habla de los halcones galácticos, los caballeros de zodíaco y me enseñó la famosa frase entre mis amigos tuiteros: 'esto hay que analizarlo frecamente" [para los que no me siguen en twitter, 'analizarlo frecamente' es en su casa, abajo de un abanico, con una cerveza en mano].
Me falta por mencionar a Jose quien es el que me regaló un aguacate el primer día de conocerme y un caballero cuyo nombre desconozco pero puedo asegurar es idéntico a un amigo mio. El nuevo se llama Arquimedes y todo lo que puedo decir de el es que habla por todos.
Ya les mencione mis compañeros de trabajo menos uno. El que me falta ni quiero mencionarlo pq es muy desagrable a mi persona. El es el Ing. Blanco. Luego les hablo de el, porque ya aqui 'están bailando la fila india' [así dice Gomera cuando da la hora de salida] y yo me voy uniendo a los que bailan.
martes, 3 de agosto de 2010
Pues sí, se me olvidó decir que no sé seguir rutinas. Así que me verán de cuando en vez.
Una mente tan empapada de ideas, de cosas que suceden a diario, nada muy profundo, no lo suficiente superficial, pero definitivamente interesante. Así es como me describo ahora. [Ahora que escribo sola, así medio anónima como siempre ha sido mi intención.]
A mis lectores imaginarios, les cuento que he pasado un fin de semana de maravilla. Estuve en Jarabacoa y allá descubrí mi apego a la ciudad. En 25 horas entendí que el sonido del agua del rio solo es divertido cando uno tiene el control de apagarlo y encenderlo, que los mosquitos son mis fieles seguidores [y no hay vainilla que los espante] y que de por dios soy muy friolenta! Nunca había deseado tanto ese pedazo de comodidad que me ofrecen mis padres en mi casa, ese lugarcito al cual la mayoría conocemos como hogar; Y ni hablar de mis insoportables hermanos, que por lo menos fueron educados con la misma macana que a mí.
Admitir que fue divertido, solo le quita diversión a mi relato, por lo que omito la parte divertida adrede. Así me evito decepciones y alimento un poco el espíritu de creatividad, [que los necesarios pero inútiles pedagogos de la isla bonita “Rep. Dom.”] olvidan alimentar o peor aún, aniquilan con sus técnicas de enseñanza.
Y bueno pues, el fin de semana pronto se convirtió en inicio de la misma, y yo que estoy en vacaciones no pagadas, decidí irme de go-kart con la amiga Teni, y bien que me resultó la salidita porque resolví asuntos que no se si para el día de hoy hubiese resuelto. Así somos, un tanto impredecible, ya les he contado.
Y así como somos de impredecibles, así lo es mi amigo Morfeo, el que llega sin ser llamado, me recuesta sobre la cama y me acompaña hasta que mis ojos se abren. El repite el mismo procedimiento una y otra vez y yo respondo con la misma correspondencia tantas veces como él lo hace. Sin darme cuenta, ya casi es mitad de semana y yo estoy frente al computador observando lo que pasa o no en mi vida, pretendiendo que no sé lo que hago y haciendo otras cosas que ya antes había hecho.
No he querido mencionar la insolación porque siempre es bueno padecer una insolación accidental, solo por andar arquitecteando. [Yo se que la realidad está en mi mente, pero ustedes lean entre líneas que aveces lo hago también y me resulta]
Aquí me despido porque la luz se apago y yo sin luz no funciono.
Una mente tan empapada de ideas, de cosas que suceden a diario, nada muy profundo, no lo suficiente superficial, pero definitivamente interesante. Así es como me describo ahora. [Ahora que escribo sola, así medio anónima como siempre ha sido mi intención.]
A mis lectores imaginarios, les cuento que he pasado un fin de semana de maravilla. Estuve en Jarabacoa y allá descubrí mi apego a la ciudad. En 25 horas entendí que el sonido del agua del rio solo es divertido cando uno tiene el control de apagarlo y encenderlo, que los mosquitos son mis fieles seguidores [y no hay vainilla que los espante] y que de por dios soy muy friolenta! Nunca había deseado tanto ese pedazo de comodidad que me ofrecen mis padres en mi casa, ese lugarcito al cual la mayoría conocemos como hogar; Y ni hablar de mis insoportables hermanos, que por lo menos fueron educados con la misma macana que a mí.
Admitir que fue divertido, solo le quita diversión a mi relato, por lo que omito la parte divertida adrede. Así me evito decepciones y alimento un poco el espíritu de creatividad, [que los necesarios pero inútiles pedagogos de la isla bonita “Rep. Dom.”] olvidan alimentar o peor aún, aniquilan con sus técnicas de enseñanza.
Y bueno pues, el fin de semana pronto se convirtió en inicio de la misma, y yo que estoy en vacaciones no pagadas, decidí irme de go-kart con la amiga Teni, y bien que me resultó la salidita porque resolví asuntos que no se si para el día de hoy hubiese resuelto. Así somos, un tanto impredecible, ya les he contado.
Y así como somos de impredecibles, así lo es mi amigo Morfeo, el que llega sin ser llamado, me recuesta sobre la cama y me acompaña hasta que mis ojos se abren. El repite el mismo procedimiento una y otra vez y yo respondo con la misma correspondencia tantas veces como él lo hace. Sin darme cuenta, ya casi es mitad de semana y yo estoy frente al computador observando lo que pasa o no en mi vida, pretendiendo que no sé lo que hago y haciendo otras cosas que ya antes había hecho.
No he querido mencionar la insolación porque siempre es bueno padecer una insolación accidental, solo por andar arquitecteando. [Yo se que la realidad está en mi mente, pero ustedes lean entre líneas que aveces lo hago también y me resulta]
Aquí me despido porque la luz se apago y yo sin luz no funciono.
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